Cuando mi padre murió, sentí una necesidad profunda de escribir sobre él, no quería olvidarlo, no quería que lo olviden, no podía permitir que lo olvidemos. Hicimos muchos rituales para darle el aDios, para tratar de sanar esa mordida de burro que sentía en el corazón. Escribí algunos textos sobre estas despedidas. Siempre pienso que afortunadamente, se fue un mes antes del terremoto del 2016. Si hubiese visto como quedó su Bahía querida, se habría muerto. La muerte, su muerte, me dejó un vacío que siempre me acompaña. La escritura a veces llena ese vacío. Escritos que han descansado por algunos años, el se fue hace 9 años. De a poquito he ido poniendo en orden esos escritos. Talvez sea tiempo de que esos textos hablen.
No puedo con la imagen de la mordida de burro en el corazón. Propongo que eso sea un título o pequeño titular en este hermoso libro de duelo. Besos, querida Anita
Gracias chicas, menudo temón el de escribir sobre nuestros familiares. Llevo toda la vida leyendo sobre esto, precisamente porque no me atrevo a hacerlo. Me vence el pudor. En una presentación escuché a Margarita García Robayo decir que si a sus familiares no les gustaba su versión de los hechos, escribieran ellos otros libros. Me encantó su arrojo, pero no sé si estoy de acuerdo. Me inclino por el respeto y el cuidado y creo que la buena literatura también puede existir cuidando esos límites.
Cuando mi padre murió, sentí una necesidad profunda de escribir sobre él, no quería olvidarlo, no quería que lo olviden, no podía permitir que lo olvidemos. Hicimos muchos rituales para darle el aDios, para tratar de sanar esa mordida de burro que sentía en el corazón. Escribí algunos textos sobre estas despedidas. Siempre pienso que afortunadamente, se fue un mes antes del terremoto del 2016. Si hubiese visto como quedó su Bahía querida, se habría muerto. La muerte, su muerte, me dejó un vacío que siempre me acompaña. La escritura a veces llena ese vacío. Escritos que han descansado por algunos años, el se fue hace 9 años. De a poquito he ido poniendo en orden esos escritos. Talvez sea tiempo de que esos textos hablen.
No puedo con la imagen de la mordida de burro en el corazón. Propongo que eso sea un título o pequeño titular en este hermoso libro de duelo. Besos, querida Anita
Gracias chicas, menudo temón el de escribir sobre nuestros familiares. Llevo toda la vida leyendo sobre esto, precisamente porque no me atrevo a hacerlo. Me vence el pudor. En una presentación escuché a Margarita García Robayo decir que si a sus familiares no les gustaba su versión de los hechos, escribieran ellos otros libros. Me encantó su arrojo, pero no sé si estoy de acuerdo. Me inclino por el respeto y el cuidado y creo que la buena literatura también puede existir cuidando esos límites.