Hablamos sobre la polémica por la publicación del libro El odio y nuestras conclusiones fueron más preguntas que respuestas, ¿te sumas a la conversación?
Estuve viendo muchos posts con posiciones opuestas. Algunas argumentaban hasta con la libertad de expresión. Lo que más me está costando entender es la falta total de empatía que está teniendo el autor. Como él no lograba encontrarle el sentido a lo que ocurrió, entonces "tenía que" llegar hasta el fondo del asunto. ¿Por qué? ¿Cuál era la necesidad hacer esa "urgente" búsqueda pública y convertirla en una obra para difusión masiva?
Quizá una de las cosas más inquietantes es que haya un público tan amplio para este tipo de historias, cuanto más crudas, mejor. No en balde vemos la cantidad de oferta en series sobre "true crime" que tiene muchísimas temporadas y una audiencia que no para de crecer.
Otra cosa: ¿Con qué autoridad el público lector exige que se le deben dar todas las respuestas, que "deben" conocer la verdadera historia, con todos sus macabros detalles? Porque he leído esos horribles comentarios que dicen que el público "merece saber la verdad".
¿Cómo aporta un texto que está amplificando la voz de un asesino, con el objetivo de alimentar el morbo de un público y los intereses comerciales de una editorial? ¿Es que el mero entretenimiento es una razón suficiente para violentar a una familia?
Lo que me temo es que las medidas de la editorial más bien alimenten el deseo del público por obtener un ejemplar. Siento que aquí, el autor, que es periodista también, se brincó las reglas de la ética a su conveniencia.
Gracias por todas tus preguntas, Isa, nos dejan pensando. Al leerte se me apareció la imagen de ese público sediento de sangre, como en las batallas de gladiadores con leones. Parece poder más el morbo que la empatía, y ese problema tenemos que enfrentarlo como sociedad porque es el mismo que subyace bajo otros problemas sociales graves. ¿Qué verdad merece saber la masa sangrienta? ¿Qué nos importa a los demás los detalles de un asesinato? ¿Por qué se nos debe eso como público? Estamos demasiado acostumbrados a ser espectadores y se nos olvida ser humanxs.
Lo siento, chicas, porque quizá estoy muy desinformada con todo esto, pero lo que no entiendo es cómo un señor, que no es una víctima directa, puede apropiarse de algo así, pretender hacer algo con ello.
Me alegra que Anagrama haya pospuesto indefinidamente el libro. En este caso, yo tengo una opinión y una posición muy sólida, y es no hay excusa posible para vulnerar los derechos de las víctimas. Sin embargo, me encanta la idea de leer posiciones diversas, que me lleven a otros planteamientos y preguntas o me descubran libros. Seguiré este hilo con mucho interés.
Totalmente, Vero. Estamos de acuerdo con eso. Lo más interesante es que el caso vuelve a poner sobre la mesa la cuestión de la ética en el arte. ¿Lo puede todo el arte? ¿Y el artista? ¿El artista cuando es hombre, blanco, etc, sí, pero otros artistas no? Temón, vaya!
Estuve viendo muchos posts con posiciones opuestas. Algunas argumentaban hasta con la libertad de expresión. Lo que más me está costando entender es la falta total de empatía que está teniendo el autor. Como él no lograba encontrarle el sentido a lo que ocurrió, entonces "tenía que" llegar hasta el fondo del asunto. ¿Por qué? ¿Cuál era la necesidad hacer esa "urgente" búsqueda pública y convertirla en una obra para difusión masiva?
Quizá una de las cosas más inquietantes es que haya un público tan amplio para este tipo de historias, cuanto más crudas, mejor. No en balde vemos la cantidad de oferta en series sobre "true crime" que tiene muchísimas temporadas y una audiencia que no para de crecer.
Otra cosa: ¿Con qué autoridad el público lector exige que se le deben dar todas las respuestas, que "deben" conocer la verdadera historia, con todos sus macabros detalles? Porque he leído esos horribles comentarios que dicen que el público "merece saber la verdad".
¿Cómo aporta un texto que está amplificando la voz de un asesino, con el objetivo de alimentar el morbo de un público y los intereses comerciales de una editorial? ¿Es que el mero entretenimiento es una razón suficiente para violentar a una familia?
Lo que me temo es que las medidas de la editorial más bien alimenten el deseo del público por obtener un ejemplar. Siento que aquí, el autor, que es periodista también, se brincó las reglas de la ética a su conveniencia.
Gracias por todas tus preguntas, Isa, nos dejan pensando. Al leerte se me apareció la imagen de ese público sediento de sangre, como en las batallas de gladiadores con leones. Parece poder más el morbo que la empatía, y ese problema tenemos que enfrentarlo como sociedad porque es el mismo que subyace bajo otros problemas sociales graves. ¿Qué verdad merece saber la masa sangrienta? ¿Qué nos importa a los demás los detalles de un asesinato? ¿Por qué se nos debe eso como público? Estamos demasiado acostumbrados a ser espectadores y se nos olvida ser humanxs.
Lo siento, chicas, porque quizá estoy muy desinformada con todo esto, pero lo que no entiendo es cómo un señor, que no es una víctima directa, puede apropiarse de algo así, pretender hacer algo con ello.
Creo que es la pregunta que nos hemos hecho todas... Romantizar la mente del monstruo siempre tiene consecuencias.
Me alegra que Anagrama haya pospuesto indefinidamente el libro. En este caso, yo tengo una opinión y una posición muy sólida, y es no hay excusa posible para vulnerar los derechos de las víctimas. Sin embargo, me encanta la idea de leer posiciones diversas, que me lleven a otros planteamientos y preguntas o me descubran libros. Seguiré este hilo con mucho interés.
Totalmente, Vero. Estamos de acuerdo con eso. Lo más interesante es que el caso vuelve a poner sobre la mesa la cuestión de la ética en el arte. ¿Lo puede todo el arte? ¿Y el artista? ¿El artista cuando es hombre, blanco, etc, sí, pero otros artistas no? Temón, vaya!